La aflicción – Reflexión cristiana

¡Buen día a todos!

Vengo ahora con una reflexión que tuve el privilegio de dar a algunas personas referente al tema de las aflicciones. Muchos piensan que al convertirse al cristianismo todo será de color de rosa… que tendremos éxito en todo, riquezas, que todos se someterán a nosotros, que podemos tener lo que queramos, etc., pero no es así la cosa… Las aflicciones están en la vida con propósito, y muy justa puede ser una persona, pero le llegará su tiempo de aflicción no una, sino muchas veces. Es parte de la vida, es normal sentirse afligido, pero lo importante es reflexionar y buscar a Dios, para poder saber qué hacer al respecto.


¿Qué es aflicción?

Por una parte, se dice que es el acto consumado de una molestia o padecimiento que puede provocar efectos negativos en el estado de ánimo de una persona. Es estar en abatimiento (perdida de la fuerza física o moral, la energía o el ánimo), tener tristeza (dolor emocional por causa de un decaimiento espiritual), angustia (intranquilidad o inquietud muy intensas por algo), o estar en aprietos (situación difícil)…, hay varios sinónimos, pero generalmente tiene un sentido psicológico o espiritual, aunque las situaciones físicas también lo puede generar.


¿Es normal que, nosotros como cristianos, tengamos aflicciones?

Pues, a grandes rasgos… ¡Sí!. De hecho, es necesario para el crecimiento espiritual. A continuación, algunos textos bíblicos que lo confirma:

Salmos 34:19
19 Muchas son las aflicciones del justo,
Pero de todas ellas le librará Jehová.

Juan 16:32-33
32 He aquí la hora viene, y ha venido ya, en que seréis esparcidos cada uno por su lado, y me dejaréis solo; mas no estoy solo, porque el Padre está conmigo.
33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.

Hechos 14:21-22
21 Y después de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía,
22 confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.


¿Por qué llega la aflicción a nuestras vidas?

Por encima de todo, Dios es Soberano y Todopoderoso. ¿Se recuerdan de la historia de Job?, satanás pide permiso para hacerle mal (Job 1:11-12), lo cual Dios tiene la potestad de autorizar o no dichos males. ¿Se recuerdan de Pablo y el aguijón en la carne que tenía? (2 Corintios 12:7), dicho aguijón era un mensajero de satanás pero tenía un propósito, el cual era evitar que se vanagloriara por las grandes revelaciones que obtuvo. Hay muchos más ejemplos, pero el punto aquí es que Dios esta por encima de todo y todas las aflicciones tienen un propósito específico para nuestro bien.

Tratando de clasificar las aflicciones, lo dividiré en 3 Tipos:

  • Las pruebas
  • La disciplina
  • Consecuencia de nuestros pecados

Podría incluirse las aflicciones por causa del evangelio también y para la gloria de Dios, pero me quedaré con las primeras tres por el momento…


Las pruebas

Dios prueba nuestros corazones, de tal manera podamos crecer espiritualmente, ser maduros en la fe y para que nos acerquemos en amor a Dios, todo esto gracias a la paciencia y la fidelidad hacia Dios; al final es un don de Dios también. Lo principal es enfocarse en las cosas que no se ven, o sea, las espirituales, dado que las que sí se ven son temporales y son como nada.

Proverbios 17:3
3 El crisol para la plata, y la hornaza para el oro;
Pero Jehová prueba los corazones.

Santiago 1:2-4
2 Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas,
3 sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.
4 Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.

1 Pedro 1:6-7
6 En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas,
7 para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo,

2 Corintios 4:16-18
16 Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día.
17 Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria;
18 no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.


La disciplina

Como hijos adoptados de Dios, somos tratados como tal y por tal razón es que, por amor, nos disciplina… porque a la larga, es para nuestro propio bien. Creo que se ejemplifica perfectamente en el trato de un Padre con su hijo en lo que respecta la disciplina.

Hebreos 12:5-8
5 y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo:
Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor,
Ni desmayes cuando eres reprendido por él;
6 Porque el Señor al que ama, disciplina,
Y azota a todo el que recibe por hijo. m
7 Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?
8 Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos.

Hebreos 12:11
11 Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.


Consecuencia directa de nuestros pecados

Hay un principio de vida que tiene que ver con causa/efecto. Lo que se siembra, éso se cosecha. Gracias a Dios, no recibimos completamente lo que merecemos (o sea, no pagamos la totalidad de la factura), porque Él es misericordioso y sabe que somos como nada (Salmos 103:10).

Juan 5:14
14 Después le halló Jesús en el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor.

1 Timoteo 6:10
10 porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.

Salmos 81:11-14
11 Pero mi pueblo no oyó mi voz,
E Israel no me quiso a mí.
12 Los dejé, por tanto, a la dureza de su corazón;
Caminaron en sus propios consejos.
13 !!Oh, si me hubiera oído mi pueblo,
Si en mis caminos hubiera andado Israel!
14 En un momento habría yo derribado a sus enemigos,
Y vuelto mi mano contra sus adversarios.

Salmos 103:10
10 No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades,
Ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados.


¿Qué debemos hacer al estar afligidos?

Debemos de reflexionar sobre la situación, pedir dirección a Dios en oración y súplica, y permanecer en su palabra. Debemos de humillarnos delante de Él y confiar en que es fiel y justo para perdonarnos (1 Juan 1:9). Dios tiene cuidado de nosotros, y aunque satanás esta al acecho para ver a quién devora, tengamos en cuenta que por encima esta Dios haciendo su voluntad, por cuanto debemos de meditar y afianzarnos lo más que podemos a Él. Si debemos de perdonar a alguien que nos hizo tanto mal, humillarnos delante y pedir perdón a alguien, cambiar de rumbo o hacer un cambio en nuestra vida, es necesario hacerlo. Es normal tener aflicciones, lo malo sería ignorarlo o no tomar en cuenta a Dios.

1 Pedro 5:6-11
6 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo;
7 echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.
8 Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;
9 al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.
10 Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.
11 A él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.

Juan 14:22
27 La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.


También hay que recordar que Dios es Soberano, y por tal motivo no se puede tipificar a tan grandes rasgos los tipos de aflicción, dado que también hay casos especiales como el caso del ciego de nacimiento…

Juan 9:1-3
1 Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento.
2 Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego?
3 Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.

Con éste ejemplo, también quiero decir, que puede existir un mix de aflicciones, pero lo principal es entender que todo tiene un propósito; de hecho, hasta los malos tienen una razón:

Proverbios 16:4
Todas las cosas ha hecho Jehová para sí mismo,
Y aun al impío para el día malo.

¡Saludos y Bendiciones!

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2 respuestas a “La aflicción – Reflexión cristiana”

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